El contraste de luces y sombras me obsesiona. Me causa miedo y atracción . Su apariencia le confiere una seriedad que afecta directamente al espectador. Impone silencio . Es como una radiografía. La imagen se revela tal cual es su original, no hay escollos y si los hay, se descubren sin ruido. Es un momento de introspección tanto para el fotógrafo como para el sujeto u objeto fotografiado. En el caso de los retratos, se trata de un análisis psicológico bilateral. Es un desafío para mí puesto que antes de capturar la imagen ya la visualizo en mi mente con los tonos negros, grises y blancos .No hay truco desde su inicio carece de colores para ser una prueba autentica.